Hace medio siglo que el esquiador “Paquito” Fernández Ochoa ganaba la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sapporo 1972. Ese mismo año, una recién inaugurada fábrica Rossignol en Artés (Barcelona) fabricaba sus primeros esquís. Unos Rossignol Cobra salían de su línea de producción con el objetivo de hacer disfrutar de la nieve a un esquiador anónimo. En ese momento, éramos el foco del esquí mundial.
50 años después, la fábrica Rossignol sigue creciendo, innovando y trabajando, con un equipo humano de 400 personas y fabricando unos 3.700 pares de esquís diarios que salen de sus líneas de producción en Artés. Casualidad o no, ha sido en este 50 aniversario que hemos visto como Quim Salarich hacía historia rozando con la punta de sus esquís Rossignol el pódium de la Copa del Mundo.
Ahora Quim Salarich se codea con los grandes, y Rossignol seguirá apostando por el futuro del corredor, personalizando aún más su material de alta competición para ayudarle a alcanzar el codiciado pódium.
Por ese motivo, el pasado martes 17 de mayo, la fábrica Rossignol acogió a varias personalidades del mundo del esquí, junto a Quim Salarich y a su familia, para celebrar sus 50 años de historia en un año histórico para el esquiador.
Quim Salarich, que llegó a fabricar el mismo un par de esquís personalizados, estuvo rodeado de jóvenes promesas del esquí, su madre y hermano Xavi, miembros del club de esquí de la Molina, Federación Catalana de Esquí, Federación Española y FIS. Todos ellos dispuestos a felicitar al esquiador por sus excelentes resultados y a acompañarlo en la firma de su nuevo contrato de Copa del Mundo con Rossignol.
Fuente: Rossignol