Blanca Fernández Ochoa impulsó el deporte femenino en España gracias a su medalla en los Juegos Olímpicos de Invierno en Albertville, Francia, en 1992. El bronce de Blanca en el slalom (SL) fue la segunda medalla para España en unos Juegos de Invierno, la primera, la había conseguido su hermano, Paco Fernández de Ochoa, en Sapporo 1972 con el oro también en SL justo 20 años antes que su hermana.
Ambos fueron piezas clave para situar los deportes de nieve en el mapa de España. Dieron a conocer los deportes de Invierno en el país y a su vez las estaciones de esquí españolas al mundo y crearon esperanza e ilusión en el sector de la nieve.
Blanca se pasó prácticamente toda su vida subida a unos esquís. Participó en sus primeros Juegos Olímpicos de Invierno en Placid 1980, Estados Unidos, con 16 años en los que fue la 18 en el gigante (GS). Pasó por Sarajevo 1984 con 20 años obteniendo una magnífica sexta posición que dejó claro que era una esquiadora que iba a hacer historia. De hecho en la 1a manga de esa prueba en la antigua Yugoslavia había marcado el tercer mejor tiempo por lo que tenía la medalla a tocar.
En los Juegos de Calgary 1988 llegó ya como una esquiadora de primerísimo nivel y se cayó en la segunda manga del GS cuando era clara favorita pues había marcado el mejor tiempo en la primera. En el SL realizó una muy buena competición consiguiendo la quinta plaza. En los que fueron sus cuartos y definitivos JJOO, Albertville 1992, en Francia, la esquiadora de Cercedilla consiguió su objetivo colgándose el bronce en el SL. Sin duda, los años de duros entrenamientos y mucha dedicación fueron claves en su logro.
El 20 de febrero de 1992 en Albertville Blanca marcó un antes y un después en el deporte femenino español. Fue la primera mujer española en lograr una medalla olímpica, tanto en los deportes de invierno como de verano. Le acompañaron en el podio la austriaca Petra Kronberger con el oro y la neozelandesa Annelise Coberger con la plata.
En 1985 consiguió en Vail (EEUU) la primera victoria de una esquiadora española en la Copa del Mundo. En total ganó además cuatro competiciones de la Copa del Mundo: además del GS de Vail y en los SL de Sestriere (ITA-1987), Morzine (FRA-1990) y Lech (AUT-1991). Logró subir a un total de 20 podios en Copa del Mundo. Se retiró de la competición el mismo año en que ganó la medalla y su última competición oficial fueron los Campeonatos de España de 1992 en Baqueira Beret.
Su hermana, Lola Fernández Ochoa, impulsora de la Fundación Blanca-Apoyo al Deportista de Élite considera que “el esquí en España es lo que es por el legado de Paco y Blanca. Por lo que muchas mujeres han querido esquiar y después competir. María José Rienda, Carolina Ruiz y otras esquiadoras que han seguido su estela. Fue una líder que supo ilusionar a las deportistas jóvenes”. A lo que añade: “La nueva Fundación, que está a punto de presentarse, es una idea que surge para ayudar a los deportistas aún en activo y para ofrecer apoyo psicológico y profesional al deportista una vez se retira”.
Para dar el homenaje que merecen Blanca Fernández de Ochoa y su hermano Paco, se realizarán varios actos en Cercedilla para conmemorar los 50 y 30 años de las medallas de los Fernández-Ochoa. Tendrán lugar el día 21 de febrero a las 19:00 h en el Museo del Esquí, entre otros actos de esta semana de febrero. También se han llevado a cabo, a lo largo de este invierno, varias charlas en colegios de la Sierra de Madrid para contar quiénes fueron Blanca y Paco y su importancia. Por otra parte, la RFEDI ha organizado ya dos ediciones del Trofeo FIS Blanca Fernández Ochoa de esquí alpino dónde cada diciembre se reúnen los mejores esquiadores para disputar una de las primeras competiciones del calendario y a la vez rinden tributo a la deportista fallecida en 2019.
May Peus, presidente de la RFEDI, afirmó que “la medalla de Blanca fue la demostración de la perseverancia, la lucha y el trabajo continuo para cumplir con su objetivo deportivo”. El responsable de la federación expresó que “a Blanca siempre la recordaremos por su gran capacidad de trabajo, fortaleza y por ser la primera mujer en traer una medalla olímpica a España, tanto de invierno como de verano. Muchas niñas y mujeres se han fijado en Blanca para poder conseguir lo que ella transmitió”. el ex esquiador del equipo nacional y actual responsable federativo recuerda cuando él “estaba en el equipo juvenil, y teníamos la suerte de entrenar al lado de Blanca, en los glaciares siempre era un ejemplo a seguir, era la primera en llegar a pistas y la última en irse.”